Berlín por sorpresa

Pues ahora estoy en Berlín, que es ya mi segunda casa. Sabiendo que mi novia estaba regular con el trabajo que tiene ahora y que yo la echo muchísimo de menos, decidí comprar el viernes a las 17.30 un vuelo para salir el sábado a las 6.25 am.  Eso que supone, tener que tomar el bus a las 2.30 am, así que despertarme a las 2.  Todo merece la pena por el resultado final, ha sido algo que no tiene precio:

Llegué en taxi a casa de Janina después de pensar que se había equivocado, porque aquí ponen el GPS y a donde diga, y el camino que hizo no era la ruta que yo estoy acostumbrado a hacer cuando me recoge Janina.

Decidí ponerme justo delante de la puerta de su cuarto y llamarla por teléfono, lo coge y le digo que cómo está o algo así, y me pongo a pegar en la puerta. Entonces ella me dice, que un momento que hay alguien que está tocando en la puerta. Abre la puerta y me ve. Al principio estaba dándose la vuelta para volver a la cama pensando que era Carsten que quería comprobar algo de la calefacción, pero se volvió sin creérselo colgó el móvil y nos dimos un abrazo, nos salían las lágrimas a los dos de alegría.

Cada día que lo recuerdo me emociono porque no podéis imaginar de verdad cuánto la necesito y como fue la reacción, en serio, no hay dinero que pueda comprar lo que he vivido este fin de semana. Ha sido insuperable, gracias mi vida por todo, y pronto te volveré a ver, en Halloween, ya falta menos. Te quiero princesita, y gracias por todo, este fin de semana ha sido el mejor de toda mi vida.