miércoles, 30 de julio de 2008

¿Mala suerte?

Decir que yo no creo en la mala suerte, sólo en la buena suerte. Es así, va con mi carácter y forma de entender la vida, y si sí es cierto que en algunas ocasiones podamos pensar que de verdad existe, sigo afirmando que no, que son puras casualidades de la vida.
Bien, aquí expongo un claro ejemplo de que a pesar de que podáis pensar que este día (o noche estaba gafado, yo no lo creo así).

Era una noche calurosa y me despierté a las 3 am porque necesitaba beber un poco de "agua que pica" (siempre desde pequeño he llamado así al agua con gas). Por temor a despertar a Janina no quise encender la luz, y tanteando un poco encontré el ansiado agua. Creo que con el "psssshsh" que se produce al abrir cualquier bebida con gas se despertó, y también bebió ella.
Justo después, no recuerdo muy bien el porqué pero tuve que ir a encender la luz del cuarto de baño para que se pudiera ver mejor en la habitación, ya que la luz principal nos molesta mucho, y sobretodo si te acabas de levantar. Primera mala pata, fui chocando entre la cama y la maleta que tengo en el suelo, de lado a lado, hasta que toqué la pared y un botecito que mide la temperatura. Lógicamente el botecito se cayó y se rompió en mil pedazos.
A las 3.10 am recogiendo trocitos de cristal para no pincharnos más tarde. Vale, mala pata, yo no soy de los que se levanta atontado o algo así, pero ok, un error lo tiene cualquiera.
Se acuesta Janina en su cama.
Me voy a acostar yo en mi cama y CRASH, inexplicablemente se ha soltado una vara del somier sin ningún motivo, y no me preguntéis muy bien el cómo, pero me dio un buen golpe en el brazo. Al principio parecía como si me hubiera intentado cortar las venas. Por suerte no ha sido demasiado cerca de la muñeca, ya que de haber sido así, quizás si se me hubiera podido romper alguna venilla pareciendo más grave de lo que es, un simple golpe.
Vale, hoy por la mañana a pesar de ir justo de tiempo pudimos coger el S-Bahn, la suerte va cambiando. Al llegar a la facultad de Janina nos enteramos que se había lanzado la alarma de incendios y toda la prisa que nos habíamos dado para llegar antes no valía para nada. Al menos no se ha quemado nada, sería algún fallo.


Pues esto no es mala suerte, sólo coincidencias de un día que quizás no ha empezado bien, pero desde luego si pienso que acabará de forma buena.

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